Ayer supe de tu viaje, no podré estar con los hermanos que han velado tu cuerpo ya cansado por la enfermedad.
Del mal sabor que puede quedarme de no haberte acompañado en estos dos años, sólo aprender me queda.
Ahora permíteme hermano, que recuerde nuestros cafés en aquella época en que yo empezaba el camino.
Gracias mi muy querido hermano por tus palabras, gracias por mostrarme. Ahora ya me acompañas con los demás. Sabes que el día 17 de abril tenemos una cita tu y yo. Permíteme que ese día deposite una rosa en el Ara , en tu memoria.
"Hay palabras inútilmente engañosas
que repito sin cesar ante los espejos desvaídos
de innumerables habitaciones que esperan
la llegada posible de atemorizados huéspedes
como lejanos habitantes de países que desconozco.
Son como señas huecas que se enfrentan a la cruel
realidad
de la costumbre: la hallada búsqueda de un devenir
prescrito. Están. Las veo escribirse en caracteres
múltiples en las múltiples leguas habladas en la
Tierra.
Palabras falsamente ignoradas en la turbia memoria
declinada en el ir y venir de los tiempos pasados,
presentes y futuros.
...Esa terquedad predestinada, ese corazón agrio,
maldito tantas veces, ese final del odio ya existido.
Todo: palabras, vida en semántico frenesí.
Habitaciones góticas, aposentos interminables,
salas donde el amor cubrió de dicha el cuerpo,
dormitorios donde una joven virgen perdió su voluntad,
corredores donde la muerte había esperado
con paciencia.
finita, pasos perdidos, tiempo sin orgullo de ser cifra
acaso. En cualquier rincón alguien unas palabras
pronunciará. Ignominia de voces. Fulgor de quiebros.
Presagio de ausencias...Quedan ahí las palabras como
un vaho en el éter. Sin siglos. Perennes, inmutables
al cotidiano suceder, como espíritus puros llenos
de innata eternidad.
Rafael Rodriguez
(Poema extraido de su libro "Maderas de Oriente" ) "
N.·. M.·. T.·. V.·.
Son dulces y sinceras las palabras que dedicas al que se ha marchado...es bueno pensar que, mientras exista el recuerdo, permanecerá junto a vos...asi lo creo yo respecto de los que he amado y se han ido antes que yo. El poema es bello...aunque muchas veces dudo, es esperanzador creer que existe un más allá, algo más tras la quietud de la morada final...
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