Muy interesante aportación en el Blog del Querido hermano Victor Guerra


 S
OMOS LO QUE COMEMOS, ¿“N´est-ce-pas?






Hermanos, el título de mi exposición fue elegido para estimular vuestras papilas gustativas. En mi experiencia, los francmasones de Inglaterra siempre están interesados en la comida, que como el clima, siempre es variable. 
Uno queda agradablemente sorprendido cuando es buena, pero cuando es bastante pobre, los asuntos del clima o de la comida sobre la mesa, permiten una buena queja y un tema para la conmiseración mutua.   Las dos me parece que forman la base de las típicas actitudes filosóficas inglesas. 
¿Actitudes filosóficas?..... ¿las tenemos?!    Puede aún alegrarse, poco amablemente, que tales quejas con frecuencia se suman! 
En Inglaterra, comemos, y mucho. Y por supuesto e eso nos da nuestro particular sentido del humor!
La segunda parte de mi título, “n’est-ce pas”, fue escogida con un ojo puesto en la bienvenida y recepción de nuestro distinguido visitante de Francia, el Dr. Roger Dachez. 
.“N’est-ce pas” es un interrogativo maravilloso en francés, que jamás se declina y es invariable.
Es como decir “isn´t it” (que es lo que significa . “n’est-ce pas”) 
Nota del T. Quiere decir .. ¿No es así?, o ¿es así, no? 
Y es usado en todas las situaciones en Inglaterra, donde  decimos : ¿No piensa usted que..? o no son ellos..?
Nosotros personalizamos la pregunta: el francés la impersonaliza. 
N’est-ce pas”, que puede ser considerada meramente como una expresión pasajera, sin embargo puede ayudar a representarse en un microcosmos del foco intelectual de la cultura francesa. 
Estoy seguro que hallarán ustedes en Roger Dachez un verdadero pensador, la encarnación viva de la diferencia estimulante que estoy tratando de expresar. 
En muchas logias francesas y de hecho por todo el continente, usualmente los hermanos suelen mantener  discusiones –no políticas, sino filosóficas; hay un intercambio regularmente construido en pensar, investigar y compartir. 
Pero cuando elegí mi título, no estaba al tanto del tema principal que se daba en esta Conferencia de Cornerstone, que era “Las Bellezas de la Verdadera Santidad”.   Quedé maravillado de que me hubieran invitado a hablar. Por supuesto me sentí halagado pero si me hubieran dicho antes el tema que debía dirigirles, hubiera quedado sorprendido y aún, horrorizado. 
Me siento un poco como esos panelistas de radio que son invitados a hablar sin desviarse por unos 60 segundos en algún tema acerca del cual no tienen conocimiento alguno para que la audiencia pueda esbozar una sonrisa.  La diferencia en este caso es que yo estaré hablando  cerca  de 60 minutos y se sentirán afortunados si pueden asomar una sonrisa en algún momento! 
No me maravilla que Julian Rees, cuando escuchó mi titulo propuesto para esta charla  “ Somos lo que comemos, no?”, le disparó a Mark Qualter: “está bromeando, es una metida de pata”!
Bien, debo admitir que hay algunas discrepancias entre “Las bellezas de la Verdadera Santidad” y “Somos lo que comemos, no?”pero me gusta un poco el desafío sino no estaría aquí.  Comenzaré por decir que la francmasonería inglesa da una importancia considerable a la comida. Y no me basaré en eso. Mis pocas palabras en ese asunto intentaban ser de la naturaleza de un “hors d´oeuvres”. (entremés) 
El plato principal, el “plat du jour” es el que sigue: En Inglaterra damos por hecho que después de cada reunión de Logia o Capítulo usualmente nos sentemos para una comida formal.  Ocasionalmente puede ser un buffet. Pero de una u otra manera, todos los hermanos tienen la oportunidad de tener una comida variada y sustancial con facilidad, tan natural como respirar.  Esto es “convivir” o sea “vivir juntos”, como denota el término en latin, convivium. 
Nada malo hay en esto, por el contrario. 
Pero la forma inglesa no es de ninguna manera universal. Simplemente con cruzar la frontera con Escocia, se experimentará, como estoy seguro que habéis sentido, una actitud distinta hacia la cena. Allí, excepto en las reuniones de Instalación, el consumo de alimentos es mucho más simple e informal. No hay falta de convivencia, sino que toma una forma diferente.   De la misma forma, puedo decirlo, los procedimientos en los Estados Unidos de América son breves y livianos. 
Sin duda que Roger [Dachez]podrá decirnos en su momento, cuál es la forma usual en Francia. 
He visto lo que sucede en Dinamarca, que tiene una práctica similar a la inglesa, en otras palabras, un buen asiento y mucho entrechocar de copas, pero aunque en conjunto ordenado y preciso, también a veces es fastidioso.  Nadie en Dinamarca puede comer más de un alimento en un plato como hacemos aquí, cada porción de comida cuidadosamente presentada y decorada se toma selectivamente en un plato individual, comiendo con estilo, por separado y a su turno. 
Durante ese trabajo, los hermanos de Dinamarca están vestidos muy formalmente con corbatas blancas, y con los collarines de su rango, en tanto que otros discretamente llevan joyas en miniatura. Es claramente la atmósfera de un casino de oficiales.Por supuesto que aparte de la corrección en la vestimenta y las formalidades de los brindis, no hay nada particularmente especial en la reunión danesa, y en cuanto a la comida, el estilo de su preparación y orden en el servicio, es tan natural como respirar. 
Lo interesante sin duda es que estas formas sean tan distintas en cada país. ¿Por qué es así?. 
¿Porqué los francmasones ingleses deben esperar a que se sirvan tres o cuatro platos, mientras que los escoceses se satisfacen con una tarta y una pinta? o mebbee a bevvy and a wee dram or twa? De cuestiones tan sencillas pero profundas, suele decirse en broma que “la respuesta descansa en el suelo”. Y de hecho es así. 
Descansa en el suelo de la geografía y la historia y en la cultura nacional que ha producido. Y, como con la comida, así pasa con la francmasonería. En términos de esta charla, “estamos tomando los crudos”, la simple raíz del primer plato, como anticipo del plato principal, el “plat du jour”. 
En francmasonería hemos comenzado en todos los países con los mismos ingredientes, muy similares, casi idénticos. Los básicos parecen haber sido proporcionados primeramente por Gran Bretaña. Puede argumentarse el caso de su comienzo en Escocia, para 1599, como el profesor David Stevenson ha hecho muy hábilmente, o por su intensificación indudable y popularización siguiendo a los sucesos de la así llamada “Primer” Gran Logia en Londres para 1717, o aun apuntando al ímpetu irlandés que enriqueció nuestros rituales y esparció la francmasonería por el globo. Este no es el lugar para sopesar las contribuciones respectivas de tales ingredientes: la clave es que los principios, los ingredientes son los mismos en cada caso. En efecto, reflejan y mucho la adhesión a la autoridad y código de conducta de los Old Charges del oficio de masones, conocido desde los tiempos medievales. 
Quiero salir de la historia y hablar del día de hoy, pero nuestra apreciación de una pequeña historia y geografía es inseparable de mi tema central (que es lo que nos hace lo que somos y eventualmente, cuando alcanzamos el plato de postre, cómo lo relacionamos con los conceptos de Verdadera Santidad) 
Desde Inglaterra, o Escocia, o  enambas, los franceses tomaron los ingredientes de su francmasonería. Pienso que Roger[Dachez]coincidirá en que se entusiasmaron, tanto como para agregar o quitar un poco de condimento, tomaron otros ingredientes nativos y lo cocinaron todo junto en exóticos platos de vez en cuando.De ningún modo esto es peyorativo. Se encontraron con la masonería y rápidamente la adaptaron a sus circunstancias, necesidades y gustos. Desde el segundo cuarto del siglo 18 hasta la revolución de 1789, la francmasonería francesa estuvo plena de entusiasmo y exploración, a veces relacionada a problemas sociales, a veces a contemplaciones de reformas sociales. 
La Francmasonería proveyó uno de los pocos medios, bajo la monarquía francesa, de compartir las aspiraciones hacia un mejor futuro y posteriormente ponerla en practica al establecer una logia.  Asi como la comida francesa es regional, así lo son sus varias francmasonerías. 
Después de la Revolución y sus interrupciones, y las victorias ganadas por las armas contra las fuerzas reaccionarias, la nación francesa pudo eventualmente hallar una causa común en “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, que coincidía muy bien con los ideales masónicos seculares. La presencia continua y “reaccionaria” fue la Iglesia católica romana. 
La educación probó ser una batalla clave para los reformadores sociales franceses, incluyendo a los francmasones, enfrentados con la Iglesia en un esfuerzo de abrir un acceso, eventualmente para todos, libre de miedo y prejuicio, manipulación y adoctrinamiento. En nombre de la Libertad e Igualdad fueron cambiadas toda suerte de antiguas tradiciones, incluyendo el rol de las mujeres. ¿Porqué las mujeres debían estar como adoptadas y por lo tanto sometidas? Fue natural que tuviesen un sitio en el mundo masónico. 
Durante la Segunda Guerra mundial, muchos francmasones franceses, como también de países ocupados, fueron sistemáticamente exterminados por los nazis y sus aliados totalitarios. Los posters con las camisas negras y botas fascistas que vemos ocasionalmente no eran meros ornamentos- retrataban la realidad!  Fue una realidad para millones de personas que aún están vivas! 
De este breve relato puede apreciarse que la francmasonería francesa, como ejemplo prominente, halló en si misma, por virtud de sus propios ingredientes principales y su medio geográfico y cultural, un impulso para defender las libertades y extenderlas. Es en consecuencia que el Presidente de Francia hace algunas de sus consultas a través de la francmasonería ( como así de otros medios) y sus líderes, de tiempo en tiempo han sido bienvenidos en el palacio del Eliseo. 
No necesito hablarles de un trasfondo equivalente para Inglaterra. Hemos tenido una existencia comparativamente fácil.
Los malestares sociales se han mantenido en una relativa paciencia y gradualmente ajustados. Siempre hemos tenido libertad de expresar nuestro descontento a los jefes de gobierno y en formular una conciencia social que, de vez en cuando, eventualmente empujo a consensos democráticos. Nacionalmente jamás sufrimos trabas autoritarias (masónicamente, sin embargo ha habido ciertos periodos en Inglaterra, pero es todo un tema aparte)
En otras palabras, que en Inglaterra debemos darnos por felices de vivir en condiciones relativamente benignas. Hemos sido capaces de introducir uno de los ingredientes claves de Anderson dentro de la francmasonería británica: “Un masón es un sujeto pacifico”, jamás involucrado en complots y conspiraciones contra la paz y bienestar de la nación y feliz de respetar toda autoridad constituida..
Esa ha sido en forma continua la base de nuestro Segundo Cargo. Otro ingrediente clave es la reformulación en 1723, que fue su primer Cargo:
“ Un masón esta obligado por su compromiso a obedecer la ley moral y si comprende rectamente el Arte, jamás será un estúpido ateo ni un libertino irreligioso”.
A menos que ustedes lo deseen, no examinaré ahora las implicaciones contenidas en esa famosa declaración; es suficiente decir que la opinión oficial británica sobre el tema esta en desacuerdo con la interpretación impuesta por muchos francmasones de Francia y en el resto del continente. La última versión de este primer Cargo en Inglaterra dice:  Dejemos que un hombre tenga la religión o modo de adoración que pueda y no será excluido de la Orden siempre que crea en el Glorioso Arquitecto del Cielo y la Tierra y practique los sagrados deberes de la moralidad.
Eso lleva a declarar de modo significativo que:  Los masones se unen a los virtuosos de todas las persuasiones con el firme y placentero lazo de amor fraternal, viendo lo errores de la humanidad con compasión y esforzándose por la pureza de su propia conducta en demostrar la excelencia de la fe que profesan.
En Inglaterra particularmente, bajo una religión reformada, la democracia parlamentaria, estabilidad económico, aislamiento geográfico y músculo militar cuando se necesitó (todo confirmado por la pacifica Revolución Gloriosa de 1688-89) hemos sido capaces de mantener tanto el respeto por la ley como un apego automático a esos antiguos principios. No hubo necesidad de cambiarlos.
Trabajamos confortablemente, vamos a excavar silenciosamente en nuestros jardines, conduciendo nuestros automóviles, yendo a la iglesia o jugando al golf, comiendo nuestros menús georgianos de cuatro platos y brindando por la Reina. Nuestra masonería refleja la solidez de esa tradición y seremos siempre capaces de afrontar una cena respetable: carnes y dos verduras al menos. Pero eso no ha sido igual cruzando a Europa continental.
Allí se ha sufrido hambre y represión. Las condiciones han sido con frecuencia muy crudas. . Sus francmasonerías en esos países tuvieron que elegir: pensar y luchar y se moldearon en esa pelea.  No debe sorprender entonces que en tales circunstancias tales principios y estructuras masónicas de tiempo en tiempo hayan sido convocadas a jugar un papel en las batallas por la liberación social, por la democracia, por la abolición de la pena de muerte.
Gracias Dios que nosotros en Inglaterra ( desde los normandos!) no hemos tenido que soportar la tiranía!
Un ingrediente especial fue adicionado en los 1730s a la masonería que pasó desde Inglaterra a Francia. Y condimentó a la masonería continental desde entonces.
Me parece la esencia de nuestra diferencia esta contenida en esto: Lo que se conoce como el “Discours de Ramsay” para nosotros Discurso de Ramsay, que pretende ser una visión general de lo que es la francmasonería. Fue encuadrado en términos atractivos para los gentilhombres de Francia: clásicos, artísticos y patrióticos.
Afirmó su visión: Los hombres no se distinguen esencialmente por la lengua que hablan, las costumbres que tienen, los países donde residen o las dignidades que portan.  El mundo entero es solo una Gran Republica, donde cada nación es un miembro de la familia y cada individuo un hijo.
Nuestra Sociedad se estableció para re-establecer y extender esas antiguas máximas tomadas del rumor de la naturaleza: sabia filantropía, moralidad pura y sentido artístico. Deseamos unir a los hombres de mente iluminada y actitudes correctas, no solo por el amor al elevado arte, sino aun mas por los grandes principios de virtud, donde el interés de la fraternidad sea por toda la raza humana, donde todas las naciones puedan desarrollarse sobre bases sólidas y donde todos las personas de diferentes naciones puedan reunirse sin celos, viviendo sin discordia y amándose uno al otro sin dejar de hacerlo a su pais nativo… el único objeto es la reunión de mentes y corazones, para hacerlos mejores y formar a su debido curso una nación espiritual donde, sin abandonar los deberes que la diferencia de estados exige, un nuevo pueblo aparezca entre las naciones, cimentando todo con los lazos extendidos de la virtud y la ciencia.
Pero esta visión así grandiosamente expresada, y mezclada convenientemente a un pasado mítico desde los caballeros cruzados, jamás podría haber sido enunciada en Inglaterra.  Proviene en efecto de un jacobitas nacido escocés, con anhelos de enamorado romántico al estilo francés, hijo de un carnicero ennoblecido como caballero. ¿Es injusto comparar su grandilocuencia a la retórica que apoya la Unión Europea?
En Inglaterra la francmasonería es personal. Debe ser absorbida por el individuo. Hace mejores hombres, como individuos. No busca el cambio social excepto por promover las virtudes del amor fraternal y la caridad. En Inglaterra, la francmasonería es esencialmente humilde y tal humildad se deriva del reconocimiento de la grandiosidad Divina.
Esa es la comida de la cual nos alimentamos. Y estamos conformes con ella. Estamos cómodos allí dentro.
Dicho esto, naturalmente debemos ir a los postres de este discurso y al tema de la Conferencia Cornerstone: Las Bellezas de la Verdadera Santidad. En dónde está esa belleza de la verdadera santidad?
¿Puede alguien que halla que es imposible aceptar la existencia de un Ser Supremo, Gran Arquitecto, Gran Geómetra, El mas Alto, el Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente Juez de Todo, con un nombre sagrado y misterioso, decir que muestra las bellezas de la verdadera Santidad? En que medida son las bellezas de la verdadera santidad identificables en algún caso con los principios de la francmasonería?.
Si lo que practicamos refleja: “ la religión en que todos los hombres están de acuerdo” ( para usar la famosa frase de Anderson), en que medida esta por debajo de esa verdadera santidad?.
La santidad no era, en aquellos días, por supuesto, propiedad exclusiva de las cristiandad. Todas son cosas a ponderar, el postre es rico. Una porción de natillas, “creme anglaise” , ha sido vertida sobre él. Lo que puede decirse acerca de la francmasonería inglesa( me he refrenado de decir anglosajona) es que ha sido moldeada desde el TLS.
Esta muy relacionada a la tradición bíblica, con adiciones, admitámoslo, de alguna mitología esotérica complementaria. Se basa en las Escrituras, aun si las revelaciones específicamente cristianas han sido desplazadas. En tal sentido es reconociblemente mas fiel a su pasado medieval a pesar de los cambios y adiciones, que a lo simplemente tomado del humanismo.
Es también mas fiel en términos prácticos: no hacer nada que traiga discordia a la logia y cause el descredito del Arte. En ese sentido la francmasonería inglesa es pietista y deliberadamente apolítica. Se concentra en la caridad. Tales posiciones, me parece que son buenas para propiciar la profundización de la Santidad.
Pero también conllevan ciertos defectos. Se tolera la pasividad y se anima la autosatisfacción. Todo ello conduce con facilidad a caer en la esterilidad y la insularidad- la falta de interés y empatía por los demás.
Con todos esos defectos, la francmasonería inglesa, como movimiento, jamás podrá decir que muestra las bellezas de la verdadera santidad.
No- hasta que se abran los ojos apara ver mas allá de nuestro propio horizonte, hasta que eliminemos nuestra propia ignorancia- ignore- ance- de otras formas de francmasonería, hasta que seamos capaces de comprender y respetar la sinceridad de distintas formas de francmasonería, hasta, mas especialmente, que lleguemos a vivir mas apasionadamente en comprensión, expresando y actuando sobre nosotros, no llegaremos a apreciar las bellezas de la verdadera santidad como Oficio o como individuos.
Como dijo un pagano, “ Conócete a Ti mismo”, y un humilde carpintero resumiendo su viaje por esta vida: “saca la viga de tu propio ojo…” Siempre me ha gustado tener algo amargo para después de la cena,¿a ustedes no?
¡Lo hallo bueno para la digestión!
The Cornerstone Society Northern Conference, Salford Greater Manchester . 0th November 2007
John Acaster © Past Master of Manchester Lodge for Masonic Research
Aportación y traducción de Saul Apolinaire   para  Blog Rito Francés

Cavaleiro monge,Pessoa







Do vale à montanha
Da montanha ao monte
Cavalo de sombra
Cavaleiro monge
Por casas, por prados
Por quinta e por fonte
Caminhais aliados

Do vale à montanha
Da montanha ao monte
Cavalo de sombra
Cavaleiro monge
Por penhascos pretos
Atrás e defronte
Caminhais secretos

Do vale à montanha
Da montanha ao monte
Cavalo de sombra
Cavaleiro monge
Por prados desertos
Sem ter horizontes
Caminhais libertos

Do vale à montanha
Da montanha ao monte
Cavalo de sombra
Cavaleiro monge
Por ínvios caminhos
Por rios sem ponte
Caminhais sozinhos

Do vale à montanha
Da montanha ao monte
Cavalo de sombra
Cavaleiro monge
Por quanto é sem fim
Sem ninguém que o conte

Caminhais em mim.


De valle en montaña,
De montaña en monte,
Caballo de sombra,
Caballero monje,
Por casas, por prados,
Por quinta y por fuente,
Caminan aliados.




De valle en montaña,
De montaña en monte,
Caballo de sombra,
Caballero monje,
Por peñascos negros,
Por detrás y enfrente,
Caminan secretos.

De valle en montaña,
De montaña en monte,
Caballo de sombra,
Caballero monje,
Por llanos desiertos
Y sin horizonte,
Caminan libertos.

De valle en montaña,
De montaña en monte,
Caballo de sombra,
Caballero monje,
Por abruptas trochas,
Por ríos sin puente,
Caminan a solas.

De valle en montaña,
De montaña en monte,
Caballo de sombra,
Caballero monje,
Por cuanto es sin fin,
Sin voz que lo cuente,
Caminan en mí.

Ortega y Gasset ,ni vitalismo ni racionalismo


“…B) Por vitalismo (filosófico) cabe entender:
1º) la teoría del conocimiento según la cual es éste un proceso biológico como otro cualquiera, que no tiene leyes y principios exclusivos, sino que es regido por las leyes generales orgánicas: adaptación, ley del mínimo esfuerzo, economía. En este sentido son vitalistas buena parte, por no decir todas, de las escuelas filosóficas positivistas, pero especialmente el empirio-criticismo de Avenarius o Mach y el beatífico pragmatismo. Esta tendencia convierte la filosofía en un simple capítulo de la biología.
2º) La filosofía que declara no ser la razón el modo superior de conocimiento, sino que cabe una relación cognoscitiva más próxima, propiamente inmediata a la realidad última. Esta forma de conocimiento es la que se ejerce cuando en vez de pensar conceptualmente las cosas, y, por tanto, distanciarlas con el análisis, se las vive íntimamente. Bergson ha sido el mayor representante de tal doctrina, y llama INTUICION a esa intimidad transracional con la realidad viviente. Se hace, pues, de la vida un método de conocimiento frente al método racional.
3º) La filosofía que no acepta más método de conocimiento teórico que el racional, pero cree forzoso situar en el centro del sistema ideológico el problema de la vida, que es el problema mismo del sujeto pensador de ese sistema. De esta suerte, pasan a ocupar un primer plano las cuestiones referentes a la relación entre razón y vida, apareciendo con toda claridad las fronteras de lo racional, breve isla rodeada de irracionalidad por todas partes. La oposición entre teoría y vida resulta así precisada como un caso particular de la gigantesca contraposición entre lo racional y lo irracional.En esta tercera acepción queda, pues, muy mermado el contenido del término vitalismo, y resulta muy dudoso que pueda servir para denominar toda una tendencia filosófica. Ahora bien, sólo en este sentido puede aplicarse al sistema de ideas que he insinuado en mis ensayos, especialmente en El tema de nuestro tiempo, y que he desenvuelto ampliamente en mis cursos universitarios.

En rigor, sólo la acepción segunda es estricta. Bergson, y otros en forma parecida, creen que cabe una teoría no racional, sino vital. Para mí, en cambio, razón y teoría son sinónimos.Convendría, pues, que ciertas defensas un poco pueriles de la razón, que han querido oponerse a mi presente vitalismo, penetrasen un poco más en las ideas que aspiran a combatir. En general, los defensores que estos años En España, y fuera de España le han salido a la razón, revelan una deplorable propensión a confundir las cosas, en crudo antagonismo con su propio dogma. Más le valía dejarse de defensas innecesarias y emplear esas fuerzas, dedicadas a polémicas inoperantes, en meditar ellos mismos un poco sobre lo que es razón.Mi ideología no va contra la razón, puesto que no admite otro modo de conocimiento teórico que ella: va sólo contra el racionalismo.

Hace ya veinticuatro siglos que uno de los más grandes racionalistas, Platón, se preguntaba qué es lo que llamamos razón ólogosó, y su respuesta es, en lo esencial, todavía válida. Razón no es simplemente conocimiento. Al ver una cosa, la conozco en alguna manera o conozco algo de ella; sin embargo, no la razono, mi conocimiento no es racional. Entre ese mero conocer o tomar noticiade algo ódoxaó y el conocimiento teorético o ciencia, óepistemeó encuentra Platón una diferencia esencial. La ciencia es el conocimiento de algo que nos permite dar razón de ese algo ólogon didonaió. Éste es el significado más auténtico y primario de la ratio. Cuando de un fenómeno averiguamos la causa, de una proposición la prueba o fundamento, poseemos un saber racional. Razonar es, pues, ir de un objeto ó cosa o pensamiento  a su principio. Es penetrar en la intimidad de algo, descubriendo su ser más entrañable tras el manifiesto y aparente. ... En efecto, definir es descomponer un compuesto, en sus últimos elementos. Éstos son el interior o entresijo de aquél. Cuando la mente analiza algo y llega a sus postreros ingredientes, es como si penetrara en su intimidad, como si lo viese por dentro. El entender, intus-legere, consiste ejemplarmente en esa reducción de lo complejo y, como tal, confuso a lo simple, y como tal, claro. En rigor, racionalidad significa ese movimiento de reducción y puede hacerse sinónimo de definir.Pero el mismo Platón tropieza, desde luego, con la inevitable antinomia que la razón incuba. Si conocer racionalmente es descender o penetrar del compuesto hasta sus elementos o principios, consistirá en una operación meramente formal del análisis, de anatomía. Al hallarse la mente ante los últimos elementos, no puede seguir su faena resolutiva o analítica, no puede descomponer más. De donde resulta que, ante los elementos, la mente deja de ser racional. Y una de dos: o, al no poder seguir siendo racional ante ellos, no los conoce, o los conoce por medio irracional. En el primer caso, resultará que conocer un objeto sería reducirlo a elementos incognoscibles, lo cual es sobremanera paradójico. En el segundo, quedaría la razón como una estrecha zona intermedia entre el conocimiento irracional del compuesto y el no menos irracional de sus elementos. Ante éstos se detendría el análisis o ratio y sólo cabría la intuición. En la razón misma encontraremos, pues, un abismo de irracionalidad.
Y es curioso advertir que en la otra cima del racionalismo, en Leibniz, hallamos exactamente la misma situación… Para Leibniz, como antes para Platón, y entre medias para Descartes, la racionalidad radica en la capacidad de reducir el compuesto a sus posteriores elementos, que Leibniz, y Descartes llamaban simplices ópero no Platón, tal vez por una más honda y aguda cautela.Lo lógico = racional, por excelencia, es, pues, siempre la operación de inventario que hacemos descomponiendo lo complejo en términos últimos.
Por eso componiendo lo complejo en términos últimos. Por eso Leibniz define formalmente la lógica como la ciencia de continente et contento, de la relación entre el continente y el contenido, el compuesto y su ingrediente. Al llegar a éstos la lógica termina y tiene que reducirse a contemplarlos.
Definido el compuesto se encuentra ante los últimos elementos indefinibles.La idea racional es la idea distinta frente a la confusa. Distinta es la idea que podemos anatomizar en todos sus componentes internos, y, por tanto, penetramos por completo. Al distender los poros de la idea compleja penetra entre ellos nuestro intelecto y la hace transparente.
Esta transparencia cristalina es el síntoma de lo racional. Pero los poros se hallan entre los elementos o átomos de la idea: sobre ellos rebota nuestra intelección, y exentos de intersticios, no los puede a su vez penetrar. Leibniz no tiene otro remedio que aceptar lo que más dolor podía ocasionarle: que la definición o razón descansa a la postre en simple intuición, que la actividad disectriz y analítica termina en quietud intuitiva.
.Lo contingente encierra un número infinito de razones: su textura es, pues, puramente racional, como la de lo posible. Pero como el número de sus razones ingredientes es infinito, resulta que siempre queda un residuo de que aún habría que dar razón, y continuando así, el análisis conduce a una serie infinita. Ahora bien: el infinito concepto que nace en la razón es irracional. A fuerza de contener lo real razones interiores, resulta irracional, por simple complicación.Esta paradoja obliga a Leibniz, y en general a todo racionalismo a distinguir un intelecto finito, que es el nuestro, y un hipotético intelecto infinito, que sitúa en Dios. Lo real, que es infinitamente racional, se convierte, al pasar por nuestra razón limitada en irracional, pero recobra su racionalidad si lo suponemos entendido por la razón infinita de Dios, la species quaedam aeternitatis de Spinoza. Pero a esto habríamos de decir que esa misma razón infinita, supuesta por Leibniz para poder afirmar utópicamente la racionalidad del mundo real, es, a su vez, incomprensible para nosotros. La razón infinita es un concepto irracional.La realidad leibniziana nos ofrece un curioso ejemplo de cómo algo, sólo por ser condensación tupida de razones o claridades, se convierte automáticamente en confusión y se irracionaliza.
Si ahora resumimos esta teoría de la razón que desde Leibniz no ha podido adelantar un paso, venimos a las siguientes fórmulas:
1ª) La razón, que consiste en un mero análisis o definición, es, en efecto, la máxima intelección, porque descompone el objeto en sus elementos, y, por tanto, nos permite ver su interior, penetrarlo y hacerlo transparente.
 
2ª) Consecuentemente, la teoría que aspire a plenitud de sí misma, tendrá que ser racional.
3ª) Pero, a la vez, se revela la razón como una mera operación formal de disección, como un simple movimiento de descenso desde el compuesto a sus elementos. Y hay compuestos infinitos ó todas las realidades  que son, por tanto, irracionales. Por otra parte, los elementos a que por ventura se llega, son también irracionales. De modo que:
4ª) La razón es una breve zona de claridad analítica que se abre entre dos estratos insondables de irracionalidad.
5ª) El carácter esencialmente formal y operatorio de la razón transfiere a ésta de modo inexorable a un método intuitivo, opuesto a ella, pero de que ella vive. Razones es un puro combinar visiones irrazonables.
Tal es, a mi juicio, el justo papel de la razón. Todo lo que sea más de esto degenera en racionalismo.Lo que el racionalismo añade al justo ejercicio de la razón es un supuesto caprichoso y una peculiar ceguera. La ceguera consiste en no querer ver las irracionalidades que, como hemos advertido, suscita por todos lados el uso puro de la razón misma. El supuesto arbitrario que caracteriza al racionalismo es creer que las cosas óreales o idealesó se comportan como nuestras ideas.Ésta es la gran confusión, la gran frivolidad de todo racionalismo.
. Arbitrariamente se supone que los estratos de la realidad donde no penetra nuestra mente están hechos del mismo tejido que el breve trozo conocido, no advirtiendo que si éste es conocido se debe a que acaso sea el único cuya estructura coincide con nuestra razón.En esta frase de Leibniz transparece el secreto recóndito del espíritu racionalista. Este secreto consiste en que, a despecho de las apariencias, el racionalismo no es una actitud propiamente contemplativa, sino más bien imperativa. En lugar de situarse ante el mundo y recibirlo en la mente según es, con sus luces y sus sombras, sus sierras y sus valles, el espíritu le impone un cierto modo de ser, le imperializa y violenta, proyectando sobre él su subjetiva estructura racional. Kant llegará a declararlo: ìNo es el entendimiento quien ha de regirse por el objeto, sino el objeto por el entendimiento.î Pensar no es ver, sino legislar, mandar. La resistencia que el mundo ofrece a ser entendido como pura racionalidad, no lleva al fanático racionalista a mudar de actitud. Antes bien, como el cuento popular refiere, espera que el mundo rectifique y, ya que no hoy, se comporte mañana según la razón. De aquí el futurismo, el utopismo, el radicalismo filosófico y político de los dos últimos siglos… El racionalismo tiende dondequiera, y siempre, a invertir la misión del intelecto, incitando a éste para que, en vez de formarse ideas de las cosas, construya ideales a los que éstas deben ajustarse. De esta manera, la realidad se convierte, de meta con la que aspira a coincidir la pura contemplación, en punto de partida y material, cuando no mero pretexto para la acción. Así en Fichte se define formalmente la realidad, el ser, como la estricta contrafigura de la idealidad, de lo que debe ser. De donde resulta que se la reduce a simple punto de inserción para nuestras acciones; por tanto, a algo que, de antemano y preconcebidamente, existe sólo para ser negado y transformado según el Ideal.
A la postre, el racionalismo descubre su auténtica intención, que consiste, más que en ser teoría, en sublevarse como intervención práctica y transmutar la realidad en el oro imaginario de lo que debe ser. El racionalismo es la moderna piedra filosofal.Precisamente, lo que en el racionalismo hay de anti-teórico, de anti-contemplativo, de anti-racional, no es sino el misticismo de la razón, me lleva a combatirlo dondequiera que lo sospecho, como una actitud arcaica, impropia de la altitud de destinos a que la mente europea ha llegado. Todos esos untuosos o frenéticos gestos de sacerdote que hace el idealismo; todo ese primado de la razón práctica y del debe ser, repugnará al espíritu sediento de contemplación y afanoso de ágil, sutil, aguda teoría."
Ortega y Gasset, Ni vitalismo ni racionalismo. Obras completas, vol. III, Revista de Occidente, Madrid.

El gran silencio




Borges: Una estética del silencio, Gabriela Massuh




"...ante la insuficiencia del lenguaje para reproducir una experiencia determinada, se abre el
ámbito del silencio que trasciende la palabra en el éxtasis. La búsqueda de la
palabra absoluta culmina en el silencio, en un espacio mudo abierto al final de los relatos que, lejos de ser una estructura vacía, es un triunfo sobre la incapacidad
verbal para expresar la multiplicidad de sentidos posibles. 

El silencio no aniquila la palabra: engendra la posibilidad de la polisemia. La apertura al silencio determina el acontecimiento estético. El silencio habla de la inminencia de una revelación no
producida. La palabra escrita es una prisión laberíntica porque pertenece al mundo
fenoménico y se encuentra ligada a un significado único. 

El arte tiene la misión de trascenderla, ubicándola en un espacio de significaciones plurales. 
De esta manera,
el no explicitar cuál es aquella palabra anhelada por los protagonistas de los textos
se convierte en una manera más radical de decir. La sugerencia es, desde esta
perspectiva, el único modo de crear sentidos múltiples superando, en el silencio de
la palabra, los límites a los cuales nos somete la estructura inherente al lenguaje.
Fuera de las concatenaciones de tiempo y espacio, la palabra manifestada
en el éxtasis se vuelve sobre sí misma, se anula, y mediante esta anulación
logra expresar infinitamente. El hecho de insinuar se convierte en una manera
más eficaz de decir [...] mediante un camino que culmina en el éxtasis Borges
logra romper las barreras de la ficción y acceder a un espacio más eficaz que la
palabra escrita”.

Buenos Aires, Argentina: Editorial de Belgrano, 1980

Sarah Flower Adams, an english poet ( 1805-1848)



Nearer, My God, to Thee

Nearer, my God, to Thee,
Nearer to Thee!
E'en though it be a cross
That raiseth me:
Still all my song shall be
Nearer, my God! to Thee,
Nearer to Thee.

Though, like the wanderer,
The sun gone down,
Darkness be over me,
My rest a stone;
Yet in my dreams I'd be
Nearer, my God, to Thee,
Nearer to Thee.

Then let the way appear
Steps unto heaven;
All that Thou sendest me
In mercy given:
Angels to beckon me
Nearer, my God, to Thee,
Nearer to Thee.



Then with my waking thoughts
Bright with Thy praise,
Out of my stony griefs
Bethel I'll raise;
So by my woes to be
Nearer, my God, to Thee,
Nearer to Thee.

Or if on joyful wing,
Cleaving the sky,
Sun, moon, and stars forgot,
Upward I fly:
Still all my song shall be,
Nearer, my God, to Thee,
Nearer to Thee.
Imagen: William Blake

Clara Campoamor, un ejemplo de compromiso






                                                                      
"(...) resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano en política, para que la política sea cosa de dos, porque solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común, y no podéis venir aquí vosotros a legislar , a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras". 


"El voto femenino y yo". Editorial Horas.Madrid, 2006, pp 107